sábado, 26 de mayo de 2012
Maquinismo y desarrollo industrial III
La fuerza del vapor tanto como en los ferrocarriles se empleó también en la navegación. Los experimentos transoceánicos iniciados hacia 1840 sufrieron algunos percances. Las hélices tenían dificultades para adaptarse al oleaje. Como consecuencia, los vapores de rueda trasera se desarrollaron para la navegación fluvial, mientras que para el tráfico marítimo se empleaban buques mixtos, dotados de dos grandes ruedas laterales movidas a vapor, pero conservaban la estructura de mástiles y velas que les permitía, además, desplazarse impulsados por el viento. Simultáneamente, y a pesar de los contratiempos, se van acorazando con hierro o, incluso, se fabrican totalmente de hierro, lo que permite aumentar el tonelaje y la velocidad. No obstante, durante todo el siglo los nuevos barcos a vapor coexistían con los grandes veleros ("clippers").
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